El concepto de diseño fluido se refiere a un enfoque en la arquitectura y el urbanismo que busca crear espacios y estructuras que transmitan sensación de movimiento, dinamismo y armonía con su entorno. Desde el punto de vista del aparejador, el diseño fluido implica una planificación cuidadosa para lograr transiciones suaves entre diferentes elementos constructivos, promoviendo la integración visual y funcional del edificio o espacio urbano. Este tipo de diseño favorece líneas curvas, formas orgánicas y superficies que parecen fluir naturalmente, generando una experiencia estética agradable y moderna. Además, el diseño fluido puede contribuir a mejorar la eficiencia energética, facilitando la circulación del aire y la luz natural. La clave está en equilibrar la creatividad con la viabilidad técnica y estructural, asegurando que las ideas innovadoras sean realizables y seguras. Como aparejador, mi papel es garantizar que estos conceptos se traduzcan en una ejecución precisa, respetando los aspectos técnicos y normativos necesarios para materializar un proyecto con un diseño verdaderamente fluido.